Un perro obediente se entrega sin reservas a su dueño, poniéndose a su total disposición. Al perro atento y obediente es fácil enseñarle a comportarse, tanto cuando se encuentra a solas como cuando está en familia o mientras se desplaza de un lugar a otro con el guía.El autocontrol del perro educado permite una convivencia cómoda y agradable, basada en que su dueño no necesita decirle continuamente lo que tiene que hacer. El perro adiestrado conoce las normas y las respeta por sí mismo. De este modo, no se desgasta la obediencia a la orden, reservando los comandos para situaciones de emergencia